A lo largo de los años, muchos estudios de investigación han constatado la eficacia de los tratamientos con PRP para tratar lesiones deportivas, de la columna vertebral y ortopédicas.
Ayuda a tratar tendones desgarrados, fatiga muscular, fracturas leves, inflamación y mucho más.
Al tiempo que las inyecciones de PRP curan los tejidos dañados en las zonas afectadas, también reducen las sensaciones dolorosas y mejoran la movilidad articular.
Además de las lesiones deportivas, la terapia con PRP también es bastante útil para mejorar problemas relacionados con la apariencia, como la calvicie, la piel flácida, los signos de envejecimiento, etc.
El procedimiento aumenta, sin dolor, la confianza y la autoestima de las personas, y ofrece resultados visibles a las pocas semanas de haberlo realizado.
En comparación con la cirugía, la terapia con PRP no requiere incisiones, por lo que es indolora, no invasiva y menos arriesgada.
Solo se tarda 45 minutos en completarla, y puedes irte a casa justo después del procedimiento.
El tiempo de recuperación también es menor que el de las intervenciones quirúrgicas.